Nazareth Castellanos – Prácticas diarias para hacer feliz al cerebro
Os invito a hacer un viaje, un recorrido por la neurociencia más vanguardistas, donde espero contagiados del entusiasmo que está suponiendo la apertura de una nueva época a nivel neurocientífico, lo que os voy a contar tiene muchísima repercusión para la investigación en medicina, para las neurociencias, para la farmacia, pero sobre todo es con lo que me quiero quedar hoy. Tiene muchísimo, muchísimo que decirnos a nivel personal y a nivel social. Lo que os voy a contar hoy es cómo la ciencia, la neurociencia en este caso, está redescubriendo que el cuerpo interacciona constantemente con nuestro cerebro.
Os propongo un recorrido de fuera hacia adentro y de abajo hacia arriba por el cuerpo, para que veamos cómo e influye nuestro cuerpo en nuestro cerebro, en nuestra mente. Al fin y al cabo. Pero sobre todo si hay algo que se contagia y si hay algo que le gusta mucho al cerebro es sonreír. La sonrisa beneficia al sistema nervioso, al sistema cardiovascular, al sistema endocrino y al sistema inmune. Que la respiración es un poco la llave a moldear nuestros estados mentales, pero sobre todo nos habla de observar nuestra respiración, de dar cuenta cómo estamos respirando a lo largo del día, en esos momentos en los que nos vemos como saturados o secuestrados por una emoción.
Tenemos una llave absolutamente en nuestra mano que es aprender a respirar de una forma un poco más lenta. Ralentizar nuestra respiración es algo que calma muchísimo al cerebro, que apacigua un poco la respuesta de los sistemas emocionales de nuestro cerebro.
Ve la ponencia completa de Nazareth Castellanos aquí.
Antonio Gallego – Meditación rápida
Queremos compartir con vosotros una meditación relacionada con la felicidad. Os propongo que es una meditación breve, sencilla, aplicable incluso para gente que no tenga experiencia en meditación. Y es una meditación para trabajar. La intención de ser feliz. La intención de recibir felicidad. Te propongo que cierres los ojos. Que adoptes una postura erguida pero cómoda, sin demasiada tensión en la zona de hombros y espalda, las manos las puedes llevar sobre las rodillas, sobre los muslos o incluso colocarlas sobre el abdomen de forma que te sientas cómodo o cómoda en esta postura.
Y para ello te propongo que lleves tú tu mano a la altura del pecho, a la altura del corazón, de forma que notes como este late y como el pecho se hincha y se deshincha al inspirar y respirar. Podemos seguir generando una intención de felicidad. Cuando escuches las tres campanas lentamente de tu ritmo, vayas abriendo los ojos. Espero que ahora mismo podáis sentir cierta calma.
Ve la meditación completa de Antonio Gallego aquí.
Teresa Moroño – Meditación para adolescentes
Lo que yo luego os voy a enseñar en prácticas es aprender a pasar de la mente al cuerpo.
Inhala y exhala profundamente. Inhala fuerte.
Y exhala sacando todo el aire de los pulmones suavemente y dirige la atención ahora a tu pecho. Al centro de tu pecho.
A lo mejor incluso puedes notar los latidos de tu corazón. Y ahora vas a ampliar tu atención a todo tu rostro, a tu cabeza, a tu cuero cabelludo, al interior de tu cabeza. Vas a ir observando las sensaciones que van apareciendo. Cuando inhalas y cuando exhalas. Y en cualquier momento de tu día a día, cualquier momento de estrés, de nervios, de enfado, de inseguridad, de impotencia, de frustración, de cualquier emoción que te acompañe.
Que la sientas y te des cuenta de ese momento emocional, ese pico emocional que estás atravesando. Sabes que puedes acudir a tu ancla. Acudir a tu ancla te va a proporcionar una tranquilidad, una paz, una seguridad que es incomparable, de verdad, a cualquier otro estado. Te animo a que lo repitas las veces necesarias.
Que entrenes muy bien. ¿Cuál es tu ancla? ¿Ves que estamos pasando de la mente al cuerpo? Esos pensamientos que te secuestran emociones a tu cuerpo.
Ve la meditación completa de Teresa Moroño aquí.
Teresa Viejo – La curiosidad: una herramienta para alcanzar la felicidad
Cuando hablamos de felicidad la gente piensa que es situarnos en un estado simplón, no de “¡Ay, qué contenta estoy! ¡Qué feliz! No me importa nada”, ¿no? Hay que reconciliarse con las sombras, con esos páramos devastados que están dentro de cada uno. Es parte del proceso y así me di cuenta de que estaba utilizando un instrumento, una herramienta que era casi que estaba en mi ADN y que florecía a la mínima, que se llamaba curiosidad
Y empecé a tener curiosidad respecto de ella y me pregunté si las demás personas la sentían como yo. Y si no era así, ¿qué podía hacer de bueno por ellas? ¿Y si les hablaba de curiosidad? ¿Y si les animaba a estimularla? ¿Y si la llevaba a lugares donde aparentemente la curiosidad no tiene importancia? Yo que sé, las empresas, los colectivos, las asociaciones y crecimiento personal. Y así llegué a ella. Entonces es muy interesante lo que llevan diciendo algunas personas respecto de la forma en que se gestiona el miedo y la incertidumbre cuando le aplicas curiosidad.
Alma Guillermo Prieto, que es una investigadora, una periodista mexicana de investigación muy importante porque ella sola realiza investigaciones muy peligrosas en torno al narcotráfico, los feminicidios en México. Y recuerdo que en una entrevista una rueda de prensa le preguntaba muchas cosas, pero sobretodo le preguntaban “bueno, tú eres mujer, ¿qué haces investigando a los narcotraficantes? No tienes miedo?” Y ella respondió esta frase que fue el titular de la entrevista: “Sí, tengo miedo, pero pesa más la curiosidad.”
Entonces, es mi propósito, algo que tal vez suena ambicioso, mi propósito es trasladar el espíritu curioso a las personas. Que podamos decir “Oye, yo soy curioso o curiosa”. La vida es encontrar belleza en las cosas pequeñitas que hay a nuestro alrededor. Eso es la felicidad.
Ve la ponencia completa de Teresa Viejo aquí.