Pablo d’Ors: “Tenemos miedo al silencio porque no nos han enseñado a estar quietos y tranquilos sino todo lo contrario.

Es natural tener miedo al silencio cuando uno no está familiarizado con él, cuando no le han enseñado a cultivarlo, cuando ha sido instruido más bien en el paradigma del hacer y la multitarea y no conoce otra manera de vivir. 

“Todo lo que desconocemos nos da miedo”, explicó el escritor, sacerdote y biógrafo del silencio Pablo d’Ors… “pero es que, además, ese rechazo se multiplica porque cuando uno practica el silencio, se da cuenta enseguida de que lo primero que emerge no le gusta. Ese núcleo profundo hermoso y bello que todos tenemos dentro, está rodeado de un terreno de sombra y de oscuridad que no nos gusta y lo tapamos con un envoltorio como mecanismo de defensa. Meditar es romper ese envoltorio para atravesar el camino oscuro y llegar al núcleo profundo, a la luz”. 

Cuando estamos quietos, meditando, lo que descubrimos es que realmente estamos muy inquietos, que hay una gran “zozobra interior y que hay transitarla: es como una herida, que empieza a sangrar y si la dejas y no le prestas atención puede que te desangres. Primero, tienes que mirar bien cómo es esa herida y luego curarla.

La meditación lo que hace es mirar las heridas y la gente escapa por eso, porque mirar la herida es doloroso. Preferiríamos no tener heridas”.

Del miedo al silencio (que en el fondo es el miedo a nosotros mismos), de espiritualidad y de mucho más hablamos hace unos días en el World Happiness Fest con Pablo d’Ors. Pueden pueden ver su intervención completa en el siguiente enlace.

El sacerdote, autor de Biografía del silencio -un ensayo sobre su experiencia personal con la meditación-, explicó por qué cree que hay algunas personas que deciden hacer ese viaje espiritual y otras no; por qué unas personas sienten esa llamada y otras no. 

“En el cristianismo sería como hacernos la pregunta de por qué Jesús llamó a unos discípulos y a otros no. Tal vez la respuesta clásica fuera que Dios elige a quien quiere porque es Dios…pero yo ahora tengo otra respuesta y es que Jesús llamó a esos pescadores y no a otros porque ellos estaban ahí, estaban presentes, no se habían dejado enredar por sus trabajos, estaban en ellos mismos y por tanto estaban receptivos para escuchar esa llamada”.

d’Ors utiliza la expresión estar despiertos, no tanto como sinónimo de iluminados sino como metáfora del que está en el camino de la consciencia, de la presencia. De hecho, según él, esa manera de entender la espiritualidad como un estado de iluminación es justo lo que genera más rechazo.

“No hay que mitificar la iluminación porque echa para atrás. Lo que hay que hacer es simplemente caminar el camino porque si pones el foco en la meta, eso te impide disfrutar del camino”.

De modo que, cuando uno elige el cultivo de la espiritualidad, se da cuenta de que lo que importa es el proceso y no el resultado… por eso, explica, no hace falta ordenarse sacerdote, recluirse en un monasterio o irse a vivir a Nepal…hay cientos de puertas para iniciar ese camino de espiritualidad, puede ser la puerta del amor de pareja, del trabajo, del arte, de la naturaleza..estamos rodeados de ocasiones para despertar a esa espiritualidad..

“Pero yo no conozco un camino tan valioso, directo y rotundo como la meditación. 

Es esa dsiciplina que nos permite vivir cultivándonos metal y corporalmente para dar frutos de paz. ¿Y en qué consiste? Pues es un ejercicio de silencio exterior e interior. Mientras permanecemos atentos al cuerpo vamos intentando crear este silencio mental también. Puede que siga habiendo parloteo mental, pero de alguna manera se sosiega…meditar no es controlar la mente sino aceptar lo que la mente es. Cuando te das cuenta de esto, empieza a haber menos parloteo, existe, pero lo percibes de fondo y ahí es cuando llega el sosiego”.

Muchos se preguntarán qué tiene de bueno esa vida espiritual, ese cultivo del silencio a través de la meditación, ¿qué tiene que ver todo esto con la felicidad o la paz interior?, ¿por qué hablamos de ello como si fuera un bien a conseguir?…d’Ors explica así esta conexión:

“El primer fruto de la practica del silencio es la claridad…nos permite ver las cosas como son, no como nos gustaría que fueran. Con la meditación iniciamos un proceso de vaciamiento. La meditación nos vacía, nos desidentifica, y a medida que vas caminando vas vaciándote más y más y la consecuencia de esto es que cada vez hay más espacio dentro de ti y eso te permite ver mas cosas. Esa claridad te da paz. Y ese es el segundo fruto de la meditación. Porque en realidad lo que nos genera desasosiego es el hecho de no ver”.

En resumen, explica d’Ors, el cultivo de lo espiritual; ya sea a través de la meditación o cualquier otra vía, es un trabajo consciente sobre el cuerpo y la mente que da frutos de armonía y compasión.

Cultivar la espiritualidad es sencillamente vivir despiertos “Lo que hace que algo sea espiritual es la conciencia”…pero hay que trabajarlo. El verbo cultivar no es un capricho de d’Ors. Él habla de cultivar poniendo el acento en la necesidad de esfuerzo, de trabajo consciente y constante.

Y en este punto, me pregunto si no será esa exigencia de esfuerzo y trabajo la causa de que la espiritualidad siga siendo cosa de una minoría… porque estarán de acuerdo en que el largo plazo no casa bien con la cultura del clic y de la inmediatez.

“Somos pocos, pero siempre los grandes cambios se empiezan así. Si nos preguntamos hacia donde vamos como humanidad, yo no soy optimista, pero sí tengo esperanza…creo que estamos ante un nuevo paradigma. Creo que las ideologías y el dinero van a seguir dominando el mundo por el momento, pero también creo que ahora hay una sensibilidad que antes no teníamos y que a muchos nos hace apostar por algo diferente que se va transmitiendo… veo cada vez más personas buenas y entregadas y eso me emociona porque es un signo claro de que pueden pasar cosas bonitas”.

Así lo creemos también en el World Happiness Fest y por eso desde este foro tratamos de poner la sabiduría de grandes expertos como Pablo d’Ors al servicio de las personas que quieren despertar y empezar a caminar hacia su luz interior…y esto es algo que  -insiste d’Ors- se puede hacer desde casa. Estos son los 3 consejos que nos dejó para todas las personas que quieran iniciarse en el camino de la meditación:

-Si tienes esta sed de espiritualidad siéntate de manera autónoma 15 minutos todos los días con la espalda recta sintiendo la respiración y volviendo a tu centro. “Esta practica nos hace humildes y receptivos, pero no hay que buscar resultados de la noche a la mañana. Hay que tener paciencia e interés por uno mismo”

-Después de un tiempo practicando solo, busca un maestro y otras personas que te apoyen en tu práctica “no hace falta que sean grandes gurús, explica, basta con alguien que te pueda acompañar..una shanga o grupo de meditación, esto es fundamental porque solos nos desfondamos y siempre es mejor hacerlo acompañados.

-Elige un camino concreto y dale un voto de confianza…ya puede ser sufismo, budismo zen, contemplación cristiana, el camino que elijas debes permanecer en él durante un tiempo, es mejor no hacer mezclas ni buscar convertirte en tu propio maestro. Es mejor hacerlo a través de las grandes tradiciones de sabiduría que llevan siglos haciéndolo, esto es apoyarnos en los que nos han precedido.

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